¿Vale la pena pesarse todos los días?
La balanza pesa gramos o kilogramos, de cualquier elemento, ya sean de masa magra (músculo), grasa, agua o contenido intestinal. Aunque una persona haya perdido grasa, puede pesar más si en el momento de pesarse está reteniendo líquido porque comió alimentos con mucha sal el día anterior, o si es mujer y se encuentra en el período premenstrual. También puede suceder que no haya evacuado contenido intestinal, que también pesa. Teniendo en cuenta la hora del día también varía nuestro peso: pesamos más a la noche que a la mañana.
Por eso no tiene sentido pesarse todos los días y sacar conclusiones de eso. Relacionar lo que comimos o la actividad física que hicimos ayer con el aumento o descenso de peso de hoy es erróneo. No solo porque en el peso intervienen todos los factores nombrados, sino también porque el tiempo que tardamos en metabolizar lo que comimos y acumular el exceso como grasa no es inmediato.
Muchas veces estos aumentos transitorios de peso son malinterpretados y generan malestar, decepción y abandono del tratamiento. También podemos ilusionarnos con descensos que no son más que pérdida de agua o peor aún de masa magra (músculo).
Si estamos buscando bajar de peso, debemos entender que es normal que existan fluctuaciones y que haya días en los cuales el peso permanece igual o aumenta ligeramente. Estas oscilaciones no influyen en el resultado final. Si ponemos el énfasis en el cambio de hábitos, la balanza reflejará finalmente el esfuerzo realizado.