¿Porqué el estrés nos lleva a comer?
El estrés es una reacción fisiológica de defensa que tiene nuestro organismo para enfrentar una situación de amenaza. Puede activarse cuando nos enfrentamos a una situación límite, en la que peligra la vida, aunque también puede desencadenarse cuando nos enfrentamos a exigencias o situaciones conflictivas en el medio laboral, social, o familiar. Cuando la situación no se resuelve, el estrés se vuelve crónico.
Cuando el estrés se vuelve crónico termina perjudicando la salud provocando consecuencias físicas, como bajar las defensas, provocar trastornos autoinmunes y trastornos digestivos. Y también trastornos psíquicos, como irritabilidad, fatiga, trastornos del sueño, falta de concentración, pérdida de la memoria depresión y ansiedad.
La mayoría de las personas reacciona frente al estrés crónico comiendo más. La ingesta generalmente es de tipo impulsiva y de alimentos poco saludables e hipercalóricos: snacks, productos de panadería, golosinas y comida rápida.
Este tipo de “comida confort”, rica en grasa y carbohidratos simples neutraliza transitoriamente los síntomas del estrés (solo por unas horas), pero nos produce consecuencias físicas desfavorables a largo plazo: perjudica la salud y nos hace engordar. En algunas personas, el estrés también favorece los atracones.
En nuestro medio es prácticamente imposible no exponerse a situaciones estresantes. Sin embargo, más allá de nuestro entorno, lo importante es como reaccionamos ante el estrés.
Es la forma de afrontamiento, la que nos permitirá enfrentar exitosamente los obstáculos y no recurrir pasivamente a la comida.
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