Si estás en plan de bajar de peso:
¡Cuidado! La balanza puede mentirte, no solo pesa grasa.
Si estás bajando de peso, ¿existe la posibilidad de saber qué estás perdiendo realmente? Si no estás bajando de peso ¿Puede ser que esté cambiando, sin embargo, tu composición corporal?
Una frase muy utilizada es: “la balanza nunca miente”. En realidad si puede mentir generando frustración en quien se pesa y no ve los resultados que esperaba. Si evaluamos los resultados de un proceso de pérdida de grasa solo con los resultados de la balanza podemos caer en un error.
- La balanza solo nos permite medir el peso, y el mismo puede variar en función de varios factores, que no tienen que ver con un aumento en la grasa corporal:
Retención hídrica, es decir, la cantidad de líquido que tiene la persona, que se modifica en algunas situaciones: ingestas ricas en sodio, en la mujer en el período premenstrual, cuando no hay buen retorno venoso (y se acumula en las piernas) - Contenido intestinal, si una persona no evacúa correctamente los intestinos su contenido pesa en la balanza.
- Ejercicio: el músculo pesa más luego del ejercicio, se inflama y se llena de líquido especialmente luego de ejercicios en los que se trabaja una carga de peso importante.
Todas esas variaciones de peso no tienen nada que ver con un aumento en la grasa corporal, por lo que no significan que la persona engordó, no representan el contenido de grasa.
Como la balanza es limitada para evaluar los cambios en la composición, contamos con otras herramientas: la más sencilla es la cinta métrica, que permite evaluar las circunferencias, de abdomen de cintura y evaluar de esa manera cambios en el volumen (que se traducen en pérdida de grasa abdominal). Este instrumento sencillo es útil para complementar el peso, aunque también puede dar lugar a erro en determinadas ocasiones. Sin dudas, la herramienta con mayor grado de precisión y menos porcentaje de error es la adipometría por bioimpedancia. Este dispostivo estudia la composición del cuerpo: cuantos kilos corresponden a masa grasa y cuántos a masa muscular en cada segmento del cuerpo. Esto permite determinar los cambios reales y hacer un seguimiento.
De esta forma no se genera frustación si en algún momento el peso no cambia, pero si cambia la composición.