Los edulcorantes son 0 calorías, no engordan. Con esta afirmación simplista se indican y prescriben altas dosis de edulcorantes que vienen contenidas en gaseosas, yogures, postres y que agregamos a todo tipo de infusiones. Diariamente ingresan al cuerpo diferentes formulaciones de Acelsufame K, Aspartame, Esteviósidos, Sucralosa, Ciclamato y otros químicos de sabor dulce, pero sin calorías.
Sin embargo, que no aporten calorías no implica que no tengan efectos en el cuerpo. Los edulcorantes no son inocuos.
Veamos qué efectos pueden desatar:
El sabor dulce nos genera más habituación a alimentos dulces. Los edulcorantes estimulan a los receptores para el sabor dulce. Sin embargo esta estimulación no concuerda con el contenido energético del alimento. El organismo espera un sustrato energético y no lo recibe. Esto puede generar una respuesta compensatoria.
La estimulación de receptores aumenta la secreción de insulina, aunque el alimento no aporte calorías. Y ya sabemos los efectos del aumento de insulina.
Los edulcorantes alteran la composición a la microbiota intestinal, favoreciendo el desarrollo de insulinoresistencia.