¿Cómo llevar una buena alimentación durante el embarazo?
A lo largo del embarazo, la mujer experimenta una serie de modificaciones fisiológicas y anatómicas provocadas y reguladas por cambios hormonales sucedidos en numerosos sistemas y órganos.
El aumento del peso materno es uno de estos cambios necesarios; ya que se produce por el incremento del volumen sanguíneo; embrión-feto; peso del líquido amniótico; placenta; aumento del tamaño del útero; crecimiento del volumen de mamas y aumento del tejido adiposo.
Este aumento, cuyo total varía de persona a persona según el estado nutricional de la madre en el momento previo al embarazo y según índice de masa corporal de la madre y la semana gestacional, debe ser progresivo a lo largo del mismo.
- El incremento de peso es casi tan importante como la calidad alimentaria de la madre antes y durante el embarazo.
Una alimentación adecuada de la mujer previa y durante la gestación es un factor protector de la salud tanto para ella como para el niño. Una inadecuada o deficiente nutrición en el transcurso del embarazo aumenta el riesgo de
hemorragias, abortos espontáneos, preeclampsia y diabetes gestacional.
Algunos consejos generales para una alimentación saludable y equilibrada que permita el crecimiento del bebé y a la vez evite riesgos durante el embarazo son:
- Realizar las 4 comidas principales completas y a partir del segundo trimestre anexar una colación saludable. No es necesario comer por dos personas.
- Incorporar al menos 3 frutas al dia. Preferentemente cítricos que se pueden encontrar en naranja, pomelo, mandarina o frutilla, kiwi y ananá.
- Incluir tres porciones de lácteos en el día ya sea en forma de yogurt natural, leche o quesos.
- En almuerzo y cena, llenar la mitad del plato con verduras cocidas y/o crudas. Brócoli, coliflor y espinaca son un plus de ácido fólico indispensable para la formación del bebé.
- Condimentar las ensaladas con aceite de oliva extra virgen controlando la cantidad o anexar frutas secas o semillas de lino o chía.
- Consumir a diario alimentos ricos en hierro como carnes de pollo, vaca, pescado (1 porción diaria) y huevos. Incluir vegetales verdes como acelga, achicoria o legumbres, frutas secas y semillas.
- Consumir los cereales en su versión integral controlando la cantidad.
- Beber mínimo 8 vasos de agua en el día.
- Mantenerse activa y en movimiento haciendo actividades de gusto propio y controladas por un profesional.
- Limitar el agregado de sal a las comidas.
- Evitar el consumo de alimentos ultraprocesados y siempre optar por alimentos naturales como base de hábitos alimentarios.